La Terapia Regresiva consiste en mirar hacia atrás
y contemplar el pasado, traerlo al presente, comprenderlo.
Se trata, por tanto, de una terapia perceptiva,
basada en postulados científicos ampliamente
comprobados experimentalmente,
y en los más actuales principios neurológicos.
Por su carácter perceptivo, atiende a lo que los/as
pacientes sienten en función de cómo reciben,
procesan e interpretan la información que les llega de su entorno.
Tiene sus fundamentos en los distintos ritmos cerebrales
que condicionan nuestra percepción en el
transcurso de nuestras fases de crecimiento,
desde el momento en que somos concebidos hasta
los 7 a 12 años, en que la frecuencia cerebral
es ya de ritmos beta maduros.
Mediante una sencilla técnica de relajación, donde
no perderás en ningún momento la conciencia,
haremos una Inducción al Estado Regresivo,
desde donde iremos tomando conciencia de las causas
remotas y originarias que alimentan tu enfermedad
y sufrimiento, entablando un diálogo regresivo,
emocional, analógico, con tu hemisferio cerebral
derecho, que te permitirá revivir y comprender
de raíz el origen del daño emocional, tu verdad sentida.
Al salir a la luz de la conciencia los hechos causantes
de esos daños emocionales, mediante la sincronización
de los hemisferios cerebrales (el derecho con su
capacidad de vivenciar –ver y sentir-, y el izquierdo
con la comprensión de las causas de esa sintomatología)
se posibilita que se disuelvan dichos efectos y,
por tanto, la enfermedad.
Es una psicoterapia especialmente rápida, efectiva y
revolucionaria por su método.
Debido a que reproduce tus daños nucleares e
mocionalmente, es altamente gratificante y eficaz.
Es adecuada para abordar desde el origen cualquier
tipo de problemática, siendo especialmente útil para dificultades
que surgen como consecuencia de un trauma,
entendido este como un suceso estresante y doloroso
que no hemos podido o sabido afrontar por falta de recursos
personales, por ocurrir a una edad demasiado temprana.
En las sesiones de Terapia Regresiva hay tan sólo dos
personas que están dispuestas a comunicarse en un especial
y ampliado estado de conciencia que ha demostrado ser
altamente terapéutico. En definitiva, no hay más que
un/a paciente, tú, que llegas a la consulta con un dolor
concreto (diagnosticado como enfermedad física, esto es,
un síntoma) o una no diagnosticada tristeza infinita. Eso
es todo. Y con eso, como psicóloga, iniciaré contigo,
paciente, y siempre siguiéndote, no llevándote, la
andadura cuya meta es tu curación.
En la primera entrevista de valoración determinaremos
la adecuación o no de la Terapia Regresiva para disolver
tu enfermedad, sufrimiento y problemática concretas.