El proceso psicoterapéutico que vamos a emprender
juntos/as necesita la corresponsabilidad
de ambas partes: tú, como paciente, y yo, como psicoterapeuta.
Gracias a este compromiso mutuo podrás hacer cambios
reales, avanzar, sanar y curar
dificultades pasadas y presentes.
Desde la compartida responsabilidad con tu propio
proceso, es necesario que trabajemos de la mano,
dejándome ser tu acompañante en un camino hacia
el crecimiento que tú vas a recorrer.
Mi labor consiste en acompañarte, mostrarte el
camino y servirte de guía en él.
Mi compromiso y respeto por las personas son máximos;
la transparencia, la sinceridad, la dedicación y
la atención también.
Agradezco de antemano que me permitas caminar
junto a ti, pues, en cada paso,
yo crezco y aprendo contigo.