Las Emociones y el Cuerpo
Desde un punto de vista tradicional es posible que no podamos entender el
funcionamiento del cuerpo con respecto a las emociones y a los pensamientos en
la fisiología humana. Puede parecer que la enfermedad y el desequilibrio viene provocado
por algo externo a nosotros mismos y lo que ocurre en nuestro interior a nivel emocional.
Como si la enfermedad llegara a nuestras vidas por castigo divino o por mala suerte y es
entonces cuando acudo a otro para que me salve, me cure o me recete algo para no
sentir dolor, realmente para no sentir.
Pero es posible cambiar la perspectiva y responsabilizarnos de una vez de lo que
hacemos, sentimos, comemos y vivimos y dar un respiro a nuestro cuerpo para que se
restablezca y ocupe su orden natural que es la salud.
Nuestras emociones inciden de forma total en nuestra fisiología, nuestros pensamientos
pueden cambiar nuestro estado general de salud .Si tienes una bronca brutal con otra
persona y no expresas de verdad lo que te está ocurriendo el cuerpo se puede llegar a
desequilibrar y a formar una patología leve o grave dependiendo del grado de tolerancia de
tu sistema físico.
Lo que pienso, siento, y digo forma parte de mi de mi campo energético incluido mi
cuerpo físico. Cuida tus emociones, exprésalas. Cuida tus pensamientos se responsable
de lo que piensas .Se coherente y en ese grado de coherencia tu cuerpo te acompañara
en salud. Es hora de cambiar de verdad el sistema de creencias donde la enfermedad
se convierte en una cesión total de la curación al otro y de responsabilizarnos de
nuestro cuerpo físico, mental, emocional y asumir que todo lo que ocurre en mi salud
depende directamente de mi coherencia. Digo, hago y pienso lo mismo. Eso es ser
coherente. Si te digo que te quiero y por dentro te quiero tirar un plato a la cabeza no
hay coherencia. Si hago cosas que no quiero hacer porque es lo que se espera de mí,
es muy posible que en un momento tu cuerpo te diga alto con cualquier malestar físico. Si
soy buena para que me quieran y lo que me gustaría hacer de verdad es gritar a mi entorno
y marcharme y continuo en ese caldo de cultivo, lo más probable es que además de ser
infeliz, organice algún que otro desastre en mi salud.
Esto implica responsabilidad, madurez emocional, equilibrio personal y sobre todo
convertir tu vida en algo mucho más armónico y poder alcanzar así la verdadera felicidad.
Es fácil y tú decides como quieres vivir a partir de ahora.
Yo elijo vivir en coherencia, ¿y tú?
Fuente: Marta Herrera