LA MAGIA
DE LA
ACEPTACIÓN
¿Qué es en realidad aceptar? Aceptación… Busca la respuesta
en tu corazón. Definimos el término desde la mente, la
disfrazamos de pensamientos, pero es más sencillo.
Pensamos si yo acepto, esto se acabará, mi sufrimiento
cesará inmediatamente, mi circunstancia cambiará, el dolor
desaparecerá, mi sueño se materializará… ¿Te das
cuenta? Cientos de exigencias…
Cuando hay expectativa o condición detrás, ya no es aceptación.
Aceptación es ternura, amor y generosidad incondicional, paz
interna. No existen los trucos para ella. Aceptar es simplemente
ACEPTAR, sin más, quizá el dolor no cese, la aceptación no viene
a traernos los resultados deseados no la responsabilicemos de
algo que no le corresponde. Aceptar es abrazar esa realidad
y hacerlo desde la más absoluta incondicionalidad. Es permitir
que las emociones fluyan y dejarse sentir.
El camino de la aceptación y de la compasión siempre van de la
mano. La compasión comienza por uno mismo. Aceptar es dejar
que fluya lo que hay y dejar que lo haga ahora. Aceptar es seguir
siendo en la incertidumbre. Aceptar es vida y creatividad en movimiento.
La aceptación es quien genera la energía que necesitamos para
seguir creando en la vida, el impulso, el acto, es responsabilidad nuestra.
Nosotros somos quienes podemos utilizar esta energía y desde el
propio movimiento interior, impulsar el exterior. Esta es la magia de
la aceptación. Te impulsa, respeta tu divinidad, tu poder, tu
conciencia. Seamos humildes mientras caminamos y avancemos
hacia la aceptación como valor universal. La auténtica aceptación
es aquella que expresamos sin condiciones.
La aceptación no solo nos libera del sufrimiento, es el alimento
de nuestros sueños. Cuando nos llenamos de su energía nos
volvemos imparables. Comprendemos que podemos seguir siendo
y creando en cualquier circunstancia y situación. Que nuestra
divinidad está en nuestro interior y que no existe nada que la
pueda destruir excepto nuestro propio ego. Los límites desaparecen.
Aprendamos a estabilizarnos en esta frecuencia.
La magia de la aceptación. Practícala. Expándela.
Fuente: Ana Conde y Begoña de Cevallos