La importancia de cuidar
de nuestro niño interior
Y tú... ¿cómo cuidas de tu niño interior? No pienses que
por ser un adulto y tener responsabilidades de adulto has
perdido ya esa fuerza que caracteriza a toda criatura
pura, libre y necesitada de amor.
Las personas avanzamos en nuestro ciclo vital asumiendo
responsabilidades. Y a medida que vamos consiguiendo
cosas, crece el orgullo, a la vez que la necesidad de
seguir aferrándonos a lo material, a conseguir ascensos,
logros, más dinero, nuevas relaciones, casas
más grandes y más tecnologías…
Mientras, nuestro interior va creciendo en vacíos. ¿Dónde
queda esa ilusión espontánea por la vida de quien lo sueña
todo y se conforma con nada? Y aún más, en ocasiones,
nuestro niño interior nos habla y no lo escuchamos. Nos pide
amor, nos pide libertad, espontaneidad, nos pide juegos y ser reconocidos.
¿Le ofreces tú estas cosas?
Todos tenemos un niño interior dormido que pide jugar y ser amado.
No es una ingenuidad, no es algo a lo que volver la vista.
Ser niño encierra unas dimensiones básicas y esenciales
que nos han hecho llegar hasta donde estamos ahora.
No obstante, ese niño sigue habitando en nosotros porque
representa las esencias más puras del ser humano.
Simboliza los sueños, simboliza las ganas de aprender,
de experimentar, de mirar el mundo con esperanza, y a su
vez, es también esa parte de nosotros que necesita ser amada.
Cuando hablamos de amor no nos referimos solo al amor
que nos puedan dar los demás, sino también el
que parte de nosotros mismos.
¿Cuándo fue la última vez que te reconociste a ti mismo?
La necesidad de valorarnos como criaturas que merecen ser
felices, capaces y valientes en su ciclo vital, es un bien
al que nunca deberíamos renunciar.
A menudo, suele decirse que muchos de nosotros nos hemos
quedado en una edad de la infancia donde experimentamos
ciertas carencias. Es posible que tu niñez no fuera especialmente
feliz, que los vínculos con tus padres no te
ofrecieran una felicidad auténtica.
Ahora que eres adulto parte de ese pasado ha quedado atrás.
Puede que tengas una buena familia, unos hijos a los que
querer y en quienes no cometer los errores de tus padres.
No obstante, tu niño interior sigue en cierto modo desvalido
por ese pasado, una parte de ti sigue llorando. De ahí la
necesidad de atenderlo de vez en cuando, de preguntarle
qué necesita. Puede que desee cerrar alguna de esas marcas
del pasado, exigiendo un perdón y a la vez, perdonando también.
Es posible también que a pesar de que tu niño interior siga
dolido y solo, tú te hayas vestido con una fuerte armadura con
la cual haces frente al mundo con valentía. Aparentando
una seguridad y una fortaleza absoluta.
Pero tu entereza no es del todo auténtica, en tu interior está
él, y lo escuchas por las noches cuando cierras los ojos y
vuelven los recuerdos. Necesitas curarlo y atenderlo para
renovarte y ver el mundo con un sincero
optimismo y una esperanza plena.
¿Cómo cuidar a
mi niño interior?
Nuestro niño interior sigue en nosotros, pero a menudo muchos
eligen callarlo, esconderlo por vergüenza. Porque son adultos,
y los adultos, para algunos, no se dejan llevar, no hacen
castillos en el aire o piden ser abrazados cuando lo necesitan…
No caigas en estos errores.
Ser adulto no significa dejar de ser puro, auténtico,
humilde y puramente emocional.
Tienes derecho a soñar, a vivir con más espontaneidad,
permitiéndote cosas, soñando, riendo, huyendo de rutinas
y pidiendo ser abrazado cuando lo quieras y lo necesites.
¿Por qué no?
Deja que ocurra, porque nada es tan
terapéutico como hablar con tu niño interior.
Fuente: Portal Formarse, un sitio para crecer