SI TÚ CAMBIAS,
TODO SIGUE IGUAL
Yo también me engañaba con este tipo de afirmaciones:
‘Si tú cambias, todo cambia’, ‘Todo es perfecto’ y similares.
Sería genial, ¿no? Que por el hecho de yo cambiar, el hambre
se erradicara, la persona que amo se curara del cáncer
que la está matando, que mi madre dejara de beber, que
las guerras cesaran, que las violencias se pacificaran,
que los maltratos se enternecieran y que
las intolerancias se aceptaran.
¡Ojalá sucediera así! Pero no es REAL. Cuando tú
cambias, lo que se modifica es la manera en que ves
tu realidad, no la realidad en sí. Lo observado sigue
igual, le pese a quien le pese (a mí la primera). ¿Que a lo
mejor, puede influir positivamente en tu círculo más cercano?
Puede que sí… o puede que no. No depende de ti. No
somos ni tan poderosos ni tan Dioses como para ello.
Al menos, yo. Y eso que a veces ‘me Creo’
mucho. Tanto, que hasta me ciego…
Evidentemente, si todos los seres humanos que
habitamos el planeta (más de 7.000 millones) hiciéramos
el cambio a la vez y en el mismo instante, pues sí, TODO
cambiaría. Pero no es el caso ni lo será. O sí… ¿Quién sabe?
Yo es que tengo los pies muy bien anclados en la Tierra,
aunque a temporadas, a veces, en ocasiones, a momentos,
la realidad la convierta en un Sueño. En un sueño precioso e
idílico, que quizás algún día de algún año de alguna otra Vida
pueda ver cumplido. Pero, ¿qué es lo que me interesa, lo
que me importa? Mi Presente. Y mi Aquí y Ahora, es lo que
Es por mucho que me gustaría que fuese de otra manera.
Y vuelvo a sentirlo mucho, pero la sociedad actual,
el Mundo actual en el que habitamos, de perfecto no tiene
nada. Una cosa es aceptarlo (porque no te queda otra y
para no sufrir más de la cuenta) y otra decir que es lo mejor
que te podía pasar. A ver… que no se nos vaya la pinza.
Que un hijo se te muera en un accidente, que descarrile un
tren, que me haya quedado paralítica, que mi pareja me
sea infiel o que vaya al cine y me encuentre una cola de
tres horas para entrar, no es lo mejor que me puede pasar.
Que yo saque del sufrimiento una enseñanza, es otra cosa.
Pero preferir aprender a través del dolor o del miedo,
que del Amor, es un problema muy grave (emocionalmente
hablando) y que está muy globalizado hoy en día. Preferir que
haya sido todo un desastre, un fracaso, a un éxito para
justificar un supuesto ‘crecimiento personal’, es para
ponerse las manos en la cabeza. Estamos tan acostumbrados
a lo negativo, a lo feo, a lo malo, que ni siquiera somos
conscientes de hasta qué punto podemos llegar para
NORMALIZARLO. Y no voy a entrar en el típico debate de la
dualidad, de que no hay que juzgar ‘bueno y malo’, porque
a estas alturas de la película… ya todos tenemos los
suficientes ‘pelos en los huevos’ como para saber diferenciarlos.
Que nos hayan metido la Creencia de que ‘todo es
perfecto’ hasta en el higadillo y nos la hayan
colado bien colada, también es otra cosa…
Es lo que tiene que Ser, porque es lo que está sucediendo.
Sí. Evidente. Pero no todo lo que Es, es ideal. Y aceptarlo no
significa agachar la cabeza (sumisión) o empezar a tirar
cohetes (paranoia), sino ASUMIR lo que ha ocurrido (tanto
la situación como las emociones que me generan), tomar
las medidas necesarias (tanto internas como externas)
para que no vuelva a pasar (aprender) y seguir adelante.
Si mi pareja me pega, yo no lo voy a ACEPTAR poniendo
la otra mejilla, año tras año. Ni le voy a dar las gracias al
maltratador porque es mi ‘maestro’ y me está reflejando
una herida interna que yo sola no puedo ver. Le daría las
gracias si en lugar de darme una hostia o un puñetazo me
diera un beso o un abrazo y me tratara con el respeto, la
ternura y el cariño que me MEREZCO. ¡Pero no cuando
me escupa en mi propia cara! No todas las ‘hostias’ son
sagradas… Es que es tan ridículo como absurdo. Y eso
no es ni lo mejor ni lo perfecto ni lo correcto. Lo realmente
SANO sería asumir la RESPONSABILIDAD de haber
elegido tener a mi lado a una persona violenta, ponerle
una denuncia para prevenir futuras agresiones (a mí o a
cualquier otra persona) y empezar una nueva vida sin
la NECESIDAD de que las palizas me enseñen a valorarme
y amarme un poquito más de lo que hago.
Cuidado con todo ese tipo de Creencias que pululan
por ahí y que nos llevan a perder el SENTIDO COMÚN,
consiguiendo su objetivo que es evadirnos de la
realidad (de la que nos toca experimentar HOY), mantenernos
DORMIDOS, ausentes e impasibles ante los problemas
que nos rodean (que haberlos también haylos por muy
UNIDOS que estemos y seamos, y por mucho que
‘todo sea AMOR’) y transformarnos en unos NO HACEDORES
profesionales. Otorgando, de este modo, a la VIDA
unos silencios que están inundados de MIEDOS
en lugar de repletos de Verdades.
Si tú cambias, cambias tú. Y punto.
La pregunta que tienes que plantearte es:
¿Eres capaz de ACEPTAR (sanamente…)
el Mundo tal y como es AHORA y
con toda su IMPERFECCIÓN?
En tu HONESTA respuesta está la clave de toda esa
NECESIDAD de Creencias con las que nuestra mente
nos envuelve para que no veamos lo que no queremos ver.
*Cuando hablo de ‘Mundo’ también me refiero a uno
mismo y cuando hablo de Imperfección,
a nuestras propias sombras.
Y recuerda:
EL FIN JAMÁS DEBE
JUSTIFICAR LOS MEDIOS
Por muy ‘mayor’ que éste sea
Fuente: www.regresoalhogar.com