¿Niños hiperactivos
o adultos pasivos?
"Siempre hay un momento
en la infancia cuando la puerta
se abre y deja entrar al futuro"
Graham Greene
Llama mucho la atención la cantidad de diagnósticos que
observamos actualmente hacia los niños, la mayoría coinciden
en el síndrome de hiperactividad o el de déficit de atención.
Más allá de un análisis científico o de algún estudio médico
o psicológico de cuya veracidad no dudamos, existe hoy día
una marcada tendencia a catalogar a todos los niños
como hiperactivos o con falta de atención.
La reflexión va orientada, hacia el hecho de si es realmente
una condición de nuestros niños o es una condición de los
adultos que estamos formando a los niños, que quizás
no estamos comprendiendo el ritmo y las exigencias
que tienen los niños hoy día.
"Los adultos son simplemente
niños obsoletos"
Dr. Seuss
Más allá de los criterios médicos y científicos, existe una realidad
que es necesario reconocer y es que los niños de hoy día, son
niños extremadamente despiertos, capaces, ocurrentes,
independientes e ingeniosos y, en muchas oportunidades,
nos quedamos cortos ante sus temas de conversación, sus
dudas, sus inquietudes y debemos, además, escoger
prácticamente con pinzas cada palabra que utilizamos para dirigirnos
a ellos; esto nos ha llevado a pensar, si ese asunto de la
hiperactividad o el déficit de atención, que muchos asocian
además con ese estado de inquietud permanente de los niños,
no tendrá más bien que ver con un estado de pasividad por
parte de los adultos que los acompañamos en esta existencia.
"Los niños no recuerdan lo que
tratas de enseñarles.
Recuerdan lo que eres"
Jim Henson
Cada día hay más madres angustiadas, maestras más impacientes
y sorprendidas y, en general, una sociedad que se encuentra
alterada por la conducta que observa en los niños y, sencillamente,
no nos estamos dando cuenta que ellos van más que un paso
delante de nosotros, que ya no es suficiente la energía y
la inteligencia que ponemos en su formación; para satisfacer
sus exigencias los niños de hoy día requieren de una paciencia
extrema y de un nivel de comprensión y de sabiduría
que muchos de los adultos no tenemos.
Por estas razones, producto en muchos casos de la ignorancia,
optamos por elegir la intolerancia ante la mayoría de los niños
que nos rodean, juzgamos sus conductas e incluso las
acciones de sus padres ante sus conductas, hablamos
de la mala crianza de hoy día y de la falta de paciencia por
parte de las maestras, sin embargo, no nos damos cuenta
que no es un tema que derive de la educación exclusivamente,
es un tema que reside en el interior de cada uno de los seres
que formamos parte de la vida del niño y que tenemos la
responsabilidad de mediar con la inteligencia de ellos, que
en muchos sentidos supera la nuestra.
Fuente: www.rincondeltibet.com