L A S O L U C I Ó N
No es tanto que estemos EN contacto consciente, sino que
SOMOS el contacto consciente. El hecho básico de la vida
es ser conscientes de esto. Sólo hay consciencia.
Cuando olvidamos que SOMOS contacto consciente viene el
problema, porque la vida ya no se experimenta como lo
que simplemente está ocurriendo, sino como aquello
que me está pasando A MÍ. Todos los pensamientos
que están surgiendo en tu cabeza son un producto del sistema
de egocentrismo. Cualquier cosa que haya sucedido en tu vida es
aprovechada por el yo. La pule, la cuida, la convierte en la base de
su historia. De ninguna manera va a renunciar a eso. El yo recibe
cualquier cosa con la que entra en contacto y se aprovecha de ella.
Te das cuenta finalmente de que no hay ninguna necesidad de ser
liberado. Lo único que necesita ser liberado es la idea de
que eres un sustantivo. Hay un acontecimiento ocurriendo,
piensas que te ocurre a ti como un yo. No te ves a ti mismo
como procediendo A TRAVÉS de un acontecimiento, sino como un
acontecimiento que te ocurre A ti. Cuando piensas que la vida
te está ocurriendo A ti, se descargan miles de archivos. El sistema
del egocentrismo le da significado a la vida a través de ti. Ves el
significado como si fuera real y sólido y fuera de ti mismo.
Hay vida. Entonces se convierte en ‘mi vida’. Yo. Creando
esta gran película acerca de mí.
¿Estás tratando de encontrar una solución?
¿A qué? ¿Para salir del yo?
Suena como una respuesta natural a una situación que es insoportable.
Pero la respuesta es parte de un problema más grande, llamado
egocentrismo. Se llama dualidad. [El intento de] Salir de eso
es ser eso también. Traté de estar mejor a través de llevar a cabo
prácticas espirituales. Me encontraba dentro de ese mercado hace un
tiempo. Pensé que era el único lugar en donde podía encontrar valor
en la vida, en esas prácticas. Siempre buscando, por 10 años
o más, pero formulado en el egocentrismo. Todo para ser un MEJOR
YO: “Yo, como Paul, voy a hacer algo y obtener algo para que Paul sea mejor”.
Esa era la única manera en que podía pensar; no conocía nada
mejor. No era capaz de pensar fuera de la caja, porque si PIENSAS
es porque sigues aún en la caja.
Todo el pensamiento que podía entretener estaba
definido por el egocentrismo.
Entonces, conocí a alguien que habló acerca de la posición
de este punto absurdo. Contemplé la posibilidad. Me quedé con un
regusto de eso, lo sentí. Una vez que lo contemplé, se convirtió en mi
última respuesta. Tal vez encontraría alguna nueva respuesta, pero
no la he encontrado en años. Ahora Paul no tiene que ocuparse
tanto de hacer y tener, mejorar y empeorar. Esto ha generado
cosas buenas en mi vida. Nos sentimos abrumados con lo que
pasa, con lo que no pasa. Es sorprendente ver lo que puede producir
el hecho de considerar algo como real. En el egocentrismo hay sólo un
pequeño rango de posibilidades. Es la misma historia de siempre. Has
estado en los mismos rincones ya. Si se aplica una solución
a un problema imaginario (al yo) ¿qué se puede esperar? Una gran
cantidad de cosas van a pasar, pero no va a ser lo que creías. Si
aplicas una solución a un problema imaginario, lo que estás
haciendo es confirmar la realidad del problema.
¿Qué solución que creíste haber encontrado duró? Ninguna.
¿Cómo puede una solución funcionar en un problema imaginario?
La verdadera solución es reconocer que es imaginario; esa es
la salida más rápida. Darte cuenta que tú no estás ahí.
Finalmente pierdes por completo el interés de ser “liberado”,
porque te das cuenta que no hay necesidad de ser liberado. Todo lo que
necesita ser liberado es la idea de que eres un sustantivo. Eso es
todo; a eso se refiere la liberación.
El ‘selfing’ [la actividad que aparenta crear un ‘yo’] dice, ‘quiero ser
la conciencia’. ¡Por supuesto que ‘tú’ no quieres eso! Tú no quieres
ser libre. Tú sólo quieres ser un yo mejorado. Quieres todo para
ser mejor así como estás.
Esa es toda la solución. Reconocer que nunca estuve en lo que
creí haber estado, y que estuve intentando a toda costa salir de eso.
Me detuve; salí de ahí al dejar de intentar salir de ahí.
Alguien diría, ‘quizás puedas ayudarme a conseguir eso de la
conciencia, tal vez me sentiría mejor’. La mentira es que tú
nunca puedes estar “apagado”. La conciencia es un estado
constante. No tiene que prepararse. No se toma unas vacaciones
para luego volver. Siempre está encendida, funcionando. No hay
punto de entrada, ni punto de salida. Estás en el paseo siempre, no hay escape.
Siente la energía. Sé el verbo. Estamos tratando de señalar a
través del muro del sustantivo que en realidad eres un verbo. Eso
es todo lo que está pasando. Estamos tratando de estimular al
verbo a través de la cáscara de un sustantivo.
¿Quieres ser la cosa que puede estar consciente la mitad
del tiempo, o quieres ser la conciencia?
No se puede servir a dos amos al mismo tiempo. Servir a un amo
te libera para viajar más ligero. Servir al otro amo hace que te excluya
a través de POSEERTE, como un sustantivo.
El parásito te ha tomado. ¡Por supuesto que quieres sentir alivio!
Las historias no son tú; pero si decides que sí lo eres, tu atención
se dirigirá hacia ellas. Y quedas atrapado.
La mente se siente muy segura con la idea de que PODRÍAS ser
consciente un día. “Cuando haga tal o cual cosa entonces yo, como
mente, me permitiré sentir lo consciente que estoy.” Pero no ahora;
siempre se pospone. Porque estar consciente, AHORA, sería el fin del yo.
El yo no existe. Sólo el proceso de vivir, el verbo, existe.
Hay la actividad de aparentemente crear un yo (selfing), pero
no hay ningún yo. El ‘selfing’ no es un problema; el problema es la
ilusión de ser un yo. El ‘selfing’ seguirá ocurriendo. La solución real
es reconocer que no eres el yo ni el ‘selfing’; entonces todas las
percepciones de la ilusión pueden seguir apareciendo y creando
una ilusión - ¡en la cual ya no crees! Porque ya no estás jugando a ser
un sustantivo, que es lo más grande que construye.
El yo vive en un mundo de opciones que no son correctas. Cree que me
puedo volver espiritual, pero que inherentemente no soy espiritual. Puedo
sentir paz o conseguir paz, pero también puedo perder la paz. Me siento
conectado, y también me siento desconectado. Considera posibilidades
basadas en la dualidad. Eso es lo que hace. Pero de hecho, el contacto
consciente no tiene elección; sólo lo que está sucediendo.
Una interpretación del contacto consciente incluye la idea de que
es posible estar en ello — o fuera de ello. Lo que es una mentira.
Conoces DESDE la verdad. El yo cree que puede conocer la verdad
porque juega a ser el sujeto y hace de la verdad el objeto. Pero no
es eso lo que está sucediendo. La verdad es todo lo que hay, y yo
estoy viendo desde ahí en este momento – pero no como Paul; esa es
una historia ACERCA del Ver. El yo regresa todo hacia sí mismo en
un bucle de auto-reflexión. Te absorbes en eso porque piensas que eres tú.
Aquí tenemos una pregunta, una auto-indagación, una buena
pequeña herramienta. Pruébenla. Llama a la puerta. Pregunta,
“¿Quién soy yo?”
La Atención dice, “Soy yo”. Si continúas haciendo esto,
te encontrarás con la conciencia pura.
La Atención que ha estado jugando al ‘selfing’ (a ser un yo)
todo el día dice, “Oh, tengo que abrir la puerta”. Pero no la abre
como un yo, porque no es un yo; es la Atención.
Así, la Atención apaga al ‘selfing’ y va y atiende la puerta.
Y cuando la puerta se abre ves – el yo que estaba buscando
ve aquello que Ve – ¡que no eres tú!
Entonces se hace un alto, una pausa, y obtienes una muestra gratis.
Eso toma por sorpresa al ‘selfing’ y lo somete por un momento, tal
vez, y se dará una pausa en el ‘selfing’. Porque el ‘selfing’ es un
verbo y puede ser detenido; puedes interferir en él.
Una parte de tu energía siempre está mirando hacia fuera,
observando cosas. Otra parte de tu energía se vuelca en el yo.
Refiriendo todo el contacto hacia MÍ, diciendo que yo soy
lo que está en contacto, yo.
Así que vamos a preguntar quién soy yo. El ‘selfing’, ocupado
siendo el yo, dice, “escuché que tocaron la puerta”, y se dirige
hacia ella. Y debido a que no es el yo, sino la conciencia, la conciencia
se encuentra con la conciencia. ¡Bingo! Ahí está tu libertad de la esclavitud del yo.
Cuando dejamos de pontificar lo que está ocurriendo, estamos
en contacto consciente. Ese es el momento de la verdad. Ahí está la
vida, sucediendo. Yo no sé qué pasó ayer, y no me importa; el
contexto de este día fue más que suficiente. Hubo algo que
siempre estuvo ocurriendo, y era el verbo de eso. Siempre el sentido
de ser. Esa sensación de movimiento. De presencia. El generador
de la vida zumbando en el fondo.
Podríamos decir, ‘la conciencia eres tú’, pero sería como un
alargamiento. Sólo hay conciencia. Todo este acto de
percibir el ser de Eso es la alegría.
Como dijo Jesús, “Tú eres la luz de este mundo, pero has puesto
una cesta sobre tu luz.” La cesta es la idea de ser un yo.
Fuente: www.presenciaconsciente.com