¡PRONTO TE ELEVARÁS
COMO UN FÉNIX!
Uno de los mitos más peligrosos que hemos heredado de nuestra cultura
superficial es que la sanación siempre debe ‘sentirse bien’.
No. A veces nuestro malestar se intensifica a medida que la oscuridad emerge
hacia la luz, mientras el material inconsciente se abre paso para ser reconocido,
mientras nuestras viejas ilusiones arden en una fiebre de sanación.
Tal vez nuestro malestar no sea algo malo, un error, o la señal de que hemos olvidado
nuestro camino hacia el sanar. Recuerda, la presencia de dolor podría estar indicando
que nuestro proceso de sanación se está intensificando, no estancando; que en
realidad estamos más despiertos y más sensibles que nunca; menos adormecidos,
menos dispuestos a salir huyendo, más en contacto con nuestra sagrada vulnerabilidad.
Hay la tendencia en nuestra cultura de evitar cualquier tipo de malestar, de distraernos
de él, de etiquetarlo como ‘inadecuado’ o ‘negativo’ o incluso ‘no espiritual’, de medicarlo
o meditarlo para que desaparezca. Gran parte de nuestra medicina occidental está
orientada a la eliminación de los síntomas, a silenciar cualquier trastorno, a eliminar el caos
y a fomentar la búsqueda de una ‘normalidad’ socialmente aceptable.
Pero a veces, amigos, ¡ya no tenemos ningún interés en ‘volver a la normalidad’!
¡Lo ‘normal’ era el problema, no la solución! El orden establecido necesitaba un cambio.
Se trataba de algo inestable y falso. ¡Nuestra vieja concepción de la realidad nos estaba
manteniendo atrapados y necesitábamos liberarnos! A veces esa ‘normalidad’ que nos
quita poder y destruye el alma necesita romperse en el caos y la crisis. Nuestro dolor y
tristeza, nuestra frustración, nuestro agotamiento, nuestro miedo y dudas necesitan
ser sentidos más plenamente que nunca, y el corazón necesita abrirse por completo.
Deja que los vientos soplen, deja que la tempestad ruja, deja que todo lo falso se
purifique, deja que todo lo muerto permanezca muerto, ¡permite que la vida estalle allí,
justo donde estás! Tan sólo estás siendo invitado a una más profunda sanación, amigo,
aunque se sienta como que estás ‘empeorando’, aunque el corazón se sienta frágil y en carne
viva, ¡aunque no seas capaz de vislumbrar un mañana para ti.
¡Pronto te elevarás como un fénix!
Fuente: Jeff Foster