M E D I T A R N O E S
P O N E R L A M E N T E
E N B L A N C O
Uno de los mitos más extendidos sobre la meditación es
que es una práctica que consiste en poner la mente en blanco.
Incluso hay personas que llevan muchos años practicando la
meditación creyendo que la mente ha de ponerse en blanco
para que sea una práctica fructífera.
Pero antes de seguir: ¿qué significa poner la mente en blanco?
Poner la mente en blanco, según se describe, significa despejarnos
de todos nuestros pensamientos y emociones, ubicándonos así en
un estado de mayor y plena conciencia. Hay personas que, pensando
que esto es meditar, abandonan sus prácticas o ni siquiera las
empiezan porque lo consideran muy difícil, o peor aún,
les da miedo quedarse “en blanco”.
Meditar no es poner la mente en blanco. Poner la mente en
blanco es prácticamente imposible, y en el caso de que alguien lo
consiguiera, no tendría ninguna utilidad. La vida, la Creación, el
cosmos, es esencialmente información que se manifiesta en distintas
densidades vibratorias. Poner la mente en blanco significaría intentar
frenar el flujo vibratorio de nuestras dinámicas tanto egoicas como
conscientes, y no iría en consonancia con el proceso natural de la existencia.
La mente no hay que aquietarla, es decir, forzarla a que cese
de generar pensamientos. Lo que es importante es desidentificarnos
de tales pensamientos. La meditación no es un proceso de lucha.
Al contrario, es una práctica de no-lucha, el acrecentamiento de lo
consciente en nosotros. La Conciencia no lucha con nada ni
con nadie. El que lucha es el ego, las estructuras psicológicas con
las que percibimos limitadamente la Realidad. Y precisamente la
desidentificación ha de ser con dichas estructuras
psicológicas con las que nos condicionamos
Este mito sobre la meditación es una confusión generalizada porque
en Oriente se habla del Vacío, de la Nada, de lo que va más allá de
las formas y los pensamientos. Pero cuando se habla en estos términos
hemos de pensar en que se hace referencia a la infinita riqueza
del Conocimiento del Ser. El Autoconocimiento trasciende los
clásicos y limitantes pensamientos y emociones que convierten
nuestra vida en algo mecánico y basado en el deseo y el sufrimiento.
Cuando se hace referencia al Vacío o a la Nada, se está hablando
de la esencia de toda existencia, que al no tener forma puede ser
cualquier forma, y al no tener contenido puede
manifestarse como cualquier contenido.
A nivel práctico, estoy hablando de romper la barrera de lo que
“yo deseo” y de lo que creo que “yo soy”. Cuando nos damos
cuenta de que lo que deseamos y creemos que somos es
ilusorio, contradictorio y fijo –es decir, estancado-, reconocemos la
realidad interna, que es una en la que vivenciamos más
claramente las barreras que nos ponemos a nosotros mismos
en nuestra interacción con las personas y el entorno. En segundo
lugar, cuando nos damos cuentas de tales barreras autoimpuestas,
nos hacemos conscientes de algo más importante que satisfacer
los deseos puramente impulsivos que nos conducen al sufrimiento
inútil: atender a la necesidad consciente del presente.