EL PERDÓN
T R A N S P E R S O N A L
(1ª parte)
El perdón transpersonal
El perdón transpersonal ante aquellas situaciones dolorosas de la vida es
algo que nos encuentra, cual mariposa que se posa en el hombro, sin que podamos
forzar que suceda. A lo sumo, podemos trabajar para que el ego se esponje y rinda así sus
defensas a una fuerza mayor: la del Amor y la paz profunda.
Como acompañantes transpersonales podemos allanar el camino para que ese
perdón florezca en el corazón de la persona a quien acompañamos…
Podemos facilitar la apertura para que suceda la sanación profunda, cual jardinero
que prepara la tierra, siembra la semilla, ve crecer al árbol, y luego espera a que éste dé sus frutos.
En este artículo profundizaremos en ello.
El trabajo desde el corazón
“Todo lo que sucede, aparece
para ser comprendido”
En el acompañamiento transpersonal, será importante facilitar
en la persona acompañada la comprensión de que la culpa no es un buen camino.
En este sentido, cualquier programación que traigamos en nuestro particular “kit”,
tanto biográfica como familiar, perinatal o transgeneracional, no es una desgracia.
Podemos renunciar a la culpa, y recuperar de esta forma la coherencia
cuando comprendemos, aceptamos y soltamos esa pesada carga.
Desde la mirada transpersonal, podemos contemplar cualquier situación vital,
por muy dura que sea o haya sido ésta, como una oportunidad del destino para
seguir creciendo y ampliando conciencia.
Todo lo que vivimos es en realidad una oportunidad para comprender y abrir
el corazón. Desde esta perspectiva, cualquier programación –o, dicho de otra forma: nuestra
piedra en el zapato– , se puede convertir en una verdadera aventura de autoconciencia
y crecimiento, al tiempo que en nuestra puerta de acceso al amor incondicional.
Como reza la sabiduría antigua:
La Vida no siempre ofrece lo que
queremos, sino lo que necesitamos…
La comprensión, propiciada por el proceso terapéutico, de que nuestros
problemas son los hitos de un camino que conducen hacia una verdad más
profunda de nosotros mismos, permite que dejemos de culparnos,
así como de culpar a otros.
El acompañamiento terapéutico se convierte, entonces, en un espacio-tiempo
amoroso y de acogida para descubrirnos, al tiempo que profundizamos en el sentido
de la experiencia que nos toca vivir.
El sentido que para cada uno tiene la vivencia es la clave. Aunque dos personas
pasen por la misma situación, cada una la vivirá subjetivamente. Hacer consciente
este significado, libera: nos libera de culpas y de angustia.
El acompañamiento terapéutico desde el corazón se convierte
entonces en un camino de restauración de la coherencia en nuestra vida.
La simple toma de conciencia es, en muchos casos, suficiente para
predisponernos a tal estado de coherencia y de bienestar integral.
En el contexto de la Reprogramación Integrativa Transpersonal, se puede
vincular el proceso del perdón con las Leyes Biológicas del Dr. Hamer. En este
caso, el perdón se correspondería con el momento clave denominado conflictolisis,
coincidiendo con el paso de una fase activa del conflicto a una fase de solución de éste.
Fuente: www.escuelatranspersonal.com