CONOCERSE
COMO SILENCIO
Está claro que somos llevados por algo que la persona
no puede comprender. A cada instante hay una actualización
entre el movimiento -que no soy- y esta Verticalidad, esta
Inmovilidad que siempre está aquí.
El hecho de que uno se conozca a sí mismo como Silencio
permite conocer muy bien la naturaleza del
movimiento, de la manifestación.
La naturaleza del movimiento es hacer lo que siempre éste
tiene por costumbre de hacer: moverse, pensar, decidir y todo
lo que podemos poner dentro de este paquete del “yo soy consciente”.
Parte de la naturaleza de este movimiento también es
buscar y tener miedo a perderse.
El movimiento engloba todo esto y está bien así ya que
esa es su naturaleza. En cambio, la naturaleza de lo que somos
verdaderamente es esta inmovilidad, esta plenitud, esta
presencia, a la que nos referimos constantemente.
Una vez que estos dos aspectos están
claros deja de haber confusión.
El hecho de descubrir lo que uno Es verdaderamente
(es decir este Silencio) es del todo apasionante.
Uno va afinando en su búsqueda con las herramientas
de las que dispone, es decir, con las herramientas de este
movimiento y que incluyen los propios condicionamientos.
Estar claro tanto con la naturaleza de lo que uno es como
con la naturaleza de lo que uno no es, es muy importante.
El hecho de reconocerse íntimamente hará que nuestros
sentidos se vayan focalizando en este estado de silencio
y por estar así enfocados en este gran desconocido
se irá produciendo un afinamiento.
Sólo así enfocados nuestros sentidos, que son limitados,
dejaremos de pretender conocer este gran
misterio ilimitado a través de los mismos.
Yolande Duran
Fuente: www.proyectolibremente.com