La misteriosa maquinaria
del amor
Enamorarse.
A veces tardamos meses en darnos cuenta de que esa persona
en particular se ha alojado de modo inesperado en nuestra cabeza y nuestro
corazón; en otras ocasiones, según los científicos, basta con un solo
segundo para encender “el interruptor”, provocándonos una sensación
muy similar a la que nos puede ofrecer cualquier opiáceo, cualquier
droga, una sensación sublime de euforia y bienestar que se focalizará
en diversas partes de nuestro cerebro según experimentemos un amor
romántico, o una atracción sexual.
Pero aún hay más, la neurobiología nos demuestra la fascinante
actividad de nuestro cerebro en esos instantes de nuestra vida en
que nos sentimos íntimamente unidos a una persona.
EL ENGRANAJE DEL AMOR
Cuando una persona se enamora, se activan en su cerebro doce
áreas que actúan como una sola segregando toda una serie de fabulosas
sustancias químicas: dopamina, oxitocina, adranalina… pequeños elixires
capaces de producirnos esa conocida sensación de euforia, de pasión,
de atracción… un conglomerado mágico donde se activa también el
núcleo caudado y el putamen, asociados a la motivación y la recompensa,
consiguiendo que caigamos en ese remolino de sensaciones tan características:
• Deseo de intimidad y unión física con la otra persona.
• Búsqueda de reciprocidad y miedo al rechazo..
• Continuos pensamientos con la otra persona, de tal modo que
no podemos concentrarnos ni centrarnos en nuestra cotidianidad.
• Cambios fisiológicos: ansiedad, nervios, insomnio…
• Idealización de la otra persona.
BENEFICIOS DEL ENAMORAMIENTO
El estar enamorados nos aporta además toda una serie de
beneficios, una inyección bioquímica cerebral donde nuestras funciones
cognitivas se afinan un poco más, mejorando nuestra motivación,
nuestro autoconcepto, la imagen que tenemos de nosotros mismos
y nuestra autoestima tiende a reforzarse en vista de que nos
sentimos admirados y deseados, nos hacemos una representación
mental de nosotros mismos y del ser humano idealizándonos de tal modo
que cualquier aspecto, cualquier detalle adquiere de pronto una luz especial.
Son instantes en que nos sentimos bien con nosotros mismos al
vernos reflejados en los ojos del otro…
Los científicos afirman además que el amor refuerza nuestra
memoria a largo plazo, todas esas emociones tan intensas
provocan que las imágenes mentales se asienten con mucha más fuerza.
Los especialistas nos comentan además que el enamoramiento
se inicia con una atracción personal, y más tarde esta emoción se
vuelve más intensa si sospechamos que puede haber reciprocidad
ante nuestros sentimientos.
El enamoramiento se inicia, pues, en la corteza cerebral,
para después, pasar al sistema endocrino para activar todo un torrente
de neurotransmisores que nos van a provocar todo un carrusel
de emociones y sensaciones.
Puede que de algún modo resulte triste pensar que todas estas
sensaciones sean en esencia, una reacción bioquímica donde
el elemento más esencial es la feniletilamina, pero dejando a un
lado este aceite que engrasa nuestro cerebro, somos nosotros y
nuestra conciencia el verdadero motor que busca y decide, nosotros
quienes establecemos ese juego de miradas y seducciones, de
palabras e imaginación… el amor es quizá la dimensión más compleja
y fantástica del ser humano, en ella se alojan penas y felicidades,
se trata de un tesoro que todo el mundo busca para experimentar
alguna vez en su vida: poetas, escritores, mecánicos, pobres y ricos…
el amor es algo tan incomprensible como universal.
Fuente: www.lamenteesmaravillosa.com