E L P L A C E R Q U E
C O N S U M E E N E R G Í A
Y E L P L A C E R Q U E
G A N A E N E R G Í A
La actividad sexual de una mujer que no se interesa en
tener hijos está enfocada exclusivamente al placer. Los
taoístas identifican dos tipos de placer: el placer que pierde
energía y el que gana energía. La mayoría de nosotros
conocemos más bien el placer que pierde energía.
El uso de drogas tales como la marihuana, la heroína,
la cocaína, las anfetaminas, etc producen un placer intenso
en nuestro sistema en la medida en que absorben y queman
la fuerza vital de nuestros órganos, glándulas y cerebro.
Esto es semejante a una fogata que se prende con
gasolina – arde intensamente y da mucho calor, pero en la
medida en que el combustible se termina, el fuego
también se extingue- . El deseo intenso que experimentamos
después de la excitación que nos producen las drogas absorbe
la energía vital de los órganos, del cerebro y de la médula espinal.
Algunas de las diversiones que normalmente buscamos
también constituyen formas de placer que consumen energía.
Cuando nos dedicamos de una forma excesiva a ciertas
actividades como ver televisión, requerimos la energía de
nuestros órganos para poner atención. De esta manera
usamos la energía vital para el evento que estamos observando
o escuchando. Nos sentimos bien debido a que nos sentimos
relajados y con menos estrés. En realidad sí sentimos esta
relajación, pero nuestros órganos están pagando con su fuerza
vital este gasto de energía. El estrés que sufren nuestros
órganos produce energía negativa y si no tenemos los medios
para transformarla en energía positiva acumularemos tanta
que eventualmente nuestras emociones negativas explotarán.
Aun si usamos un poco de música suave para relajarnos y
crear una sensación de armonía corporal es posible que
pongamos mucha atención en ella, y esto hará que nuestros
oídos, nuestros ojos y el sistema nervioso pierdan energía
hacia fuera. Posteriormente buscamos continuamente nuevas
canciones, películas y diversiones debido a que éstas nunca
satisfacen nuestras necesidades, sino que están incrementando
y despertando cada vez más nuestra necesidad de estímulo.
Mientras más tratamos de satisfacer uno o dos sentidos por
medios externos, tendremos más necesidad de satisfacer todos
los sentidos. Cuando tratas de satisfacer la boca, los oídos,
las orejas, los ojos y la nariz, necesitan algo que los estimule.
Esto es un círculo vicioso de los sentidos que crece cada vez más.
Hay muchos negocios multimillonarios que surgen para la
satisfacción de nuestros sentidos. Obtienen muchos beneficios
porque al final de cuentas no nos satisfacen realmente ni nos
proporcionan verdadera felicidad ni verdadera alegría. Si estas
compañías crearan diversiones que nos satisficieran
por mucho tiempo, perderían ganancias.
Los taoístas consideran los órganos del cuerpo como los padres
de la familia y a los sentidos como los hijos. Si se separan no
existe armonía sino desequilibrio y necesidades insatisfechas. La
gente trata de alcanzar la felicidad, la satisfacción y el amor
fuera de sí mismos, en vez de buscarlos internamente.
Escuchan los deseos del cuerpo, más que los deseos de la
mente y del espíritu. Mientras más buscan más crean la
necesidad y nunca encuentran lo que realmente están buscando.
Se establece de esta manera un deterioro dentro de sí mismos.
La verdadera felicidad, el gozo y la verdadera satisfacción
se acompañan de una paz interior.
Si aprendemos a mirar hacia adentro no perderemos la
energía hacia afuera, y así podremos ganar energía para
nosotros mismos. Por ejemplo, si comemos una comida
apetitosa pero no tenemos una armonía interior con los
órganos y los sentidos, nuestros ojos desearán más, como
un niño en una tienda de juguetes. Podemos desear ver
una película y luego los oídos querrán ser estimulados y entonces
quizá decidamos ir a un club nocturno o a un bar. Posteriormente
quizá sintamos la necesidad de beber, fumar o ingerir alguna
droga. El primer paso para poder controlar nuestros sentidos
y para entrar en el ciclo del placer que gana energía es el
orgasmo, que resulta de llevar la energía sexual hacia adentro
del cuerpo. Una vez que tienes más energía sexual dentro,
los órganos se revitalizan y son más capaces de
controlar, satisfacer y equilibrar los sentidos.
“Más allá del orgasmo”
El orgasmo normal es una forma de placer que pierde
energía, es decir liberamos la fuerza vital hacia
afuera y experimentamos placer.
Desde el punto de vista taoísta, la excitación es la
fusión de toda la energía que proporcionan los órganos y
las glándulas, que sumada a la energía sexual refinada
crea la energía orgásmica. En vez de liberar hacia
afuera los orgasmos, como sucede en el acto normal,
aprendemos a reciclar esta energía hacia
adentro, incrementarla y refinarla.
A través de la práctica de la meditación con la fuerza vital
conocida como la Meditación de la Órbita Microcósmica,
comenzamos a aprender cómo reciclar la energía de los ovarios.
Al comienzo esto es difícil, pero debes de practicar para mantener
la energía dentro de ti. Una vez que te sientes segura y en
control de tu propia energía, podrás experimentar nuevos
placeres que son indescriptibles. Esta sensación recibe el
nombre de “El valle del orgasmo” o “Más allá del orgasmo”.
Es difícil explicar el concepto de un orgasmo que está “más
allá del orgasmo”, ya que no tenemos palabras en el
lenguaje occidental, o un concepto cultural para poderlo
expresar. Esta es una idea nueva. Recuerda, sin embargo,
que cuando se inventó el automóvil, muy poca gente pensó
que pudiera reemplazar al caballo. Más tarde la gente se
dio cuenta de los beneficios de este tipo de transporte.
Cultivar “El valle del orgasmo” puede compararse al ascenso
de una montaña de 3000 metros de altura. En el orgasmo
normal llegamos hasta 500 metros, regresamos y al día siguiente
intentamos rebasar los 500 metros. La mayoría de la gente
sube la montaña de esta manera y quizá alcanza 1000 metros
en un día. Las sensaciones pueden estar confinadas a los
genitales o a unas pulsaciones rítmicas, y la relajación puede
abarcar el cuerpo entero, pero la energía en sí se pierde en
el universo y no puede desarrollarse en el interior del cuerpo.
“El valle del orgasmo” va más allá cada vez. Cuando subes la
montaña de 3000 metros subes 500 metros, descansas,
haces un campamento y pasas la noche. El siguiente día
subes un poco más, descansas y acampas. Continúas de esta
manera hasta que alcanzas la cumbre. Allí
encuentras otro nivel de placer.
¿Qué es el Kung Fu ovárico?
Los ejercicios sexuales taoístas se llamaban
originalmente “Kung Fu Ovárico”. Esto puede sonar muy
duro, o parecido a artes marciales. Sin embargo, el término
Kung Fu significa disciplina o trabajo intensivo y se
refiere al que dedica tiempo a una práctica.
El Kung Fu Ovárico implica una expresión de poder y control,
la habilidad de conducir la propia vida sexual y corporal.
En el entrenamiento del Kung Fu del Sistema del Tao Curativo,
practicamos para ganar, incrementar, almacenar y transformar la
energía ovárica (sexual). Es importante recordar que es peligroso
almacenar la energía en nuestro cuerpo sin saber qué hacer con ella.
Algunos sistemas consideran que es bueno liberar la energía
de vez en cuando de alguna manera, como si utilizáramos una
válvula de escape. Y así recomiendan tener orgasmos normales.
El sistema del Tao Curativo enfatiza la importancia de
aprender la Órbita Microcósmica. Este es el medio por el cual
la energía puede circular en el cuerpo y ser almacenada
en un sitio seguro (el ombligo) para que posteriormente pueda
ser utilizada y transformada en un nivel superior de energía.
Si hacemos una analogía con una computadora, veremos
que si aprendemos a apretar una tecla, esto no nos permite
operar la computadora. Aunque al apretar un botón se puede
obtener un resultado, no podrás tener control sobre los
resultados hasta que conozcas y entiendas el sistema... no
podrás asegurar un conocimiento adecuado en el arte del Amor Curativo.
Fuente: extracto de libro Amor Curativo a través del Tao