L O S L Í M I T E S
S A L U D A B L E S
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La práctica adulta de mandar sobre l@s niñ@s es tan
antigua como la civilización judeo-cristiana; por eso lo
tenemos tan a flor de piel y muchas veces es difícil no caer
en el error de mandar sobre las criaturas.
Y sin darnos cuenta, justificamos nuestra superioridad sobre
las capacidades de l@s más pequeñ@s sin
plantearnos otra relación con ell@s.
Se nos olvida tratarles como seres humanos a los que hay
que ayudar a conocer el funcionamiento del mundo
al que también pertenecen.
Por lo general, olvidamos informarles de l@s lím ites de
la vida, de la economía familiar, de las obligaciones y dificultades
de las personas adultas y nos justificamos inconscientemente
al decir “no son cosas de niñ@s”.
Con el tiempo, en muchas familias estas conductas pueden
continuar por temor a que l@s niñ@s sufran o corran
riesgos innecesarios, incluso siendo casi adolescentes.
De esta forma, sin darnos cuenta, es que nos encontramos
con jóvenes adult@s que nunca han tenido la oportunidad de
tomar decisiones, sin darnos cuenta estamos criando personas
con dificultad para elegir o escuchar sus propios deseos, que al
entrar en el mundo adulto sufren, de golpe, el dolor psicológico
y la frustración de empezar a ser responsables.
Capacidades que supuestamente deberíamos haber aprendido
a lo largo de nuestro desarrollo vital y que son altamente
necesarias en el mundo de l@s adult@s.
Una solución muy simple puede ser que, ante cualquier
deseo que se oponga a los intereses del niñ@, escuchemos
sus peticiones, en lugar de considerarlas como un capricho;
ser honest@s y sincer@s para dialogar sobre todos los
factores que intervienen y los posibles peligros que entraña,
de forma que la decisión venga de las dos partes.
Con el tiempo, poco a poco, estaremos dando a l@s
pequeños la oportunidad de reflexionar antes de decidir,
sintiendo siempre que nos importan, que son
escuchad@s, que son amad@s.
Porque si crecemos con la fortuna de haber disfrutado y
sentido el amor incondicional sabremos trabajar y compartir
desde la fraternidad, el bienestar y el apoyo mutuo
que tanto necesita nuestra sociedad actual.
Fuente: www.saltamontesasul.wordpress.com