El ego como
herramienta del Ser
Al ego hay que estarle agradecido.
Tu personalidad, la forma cómo ves la vida, lo que
piensas acerca de las cosas, tus hábitos y costumbres,
hasta el entorno en el que vives y las personas que te
rodean están frente a ti, en parte, gracias al
ego. Tú eliges tu ego, sencillo.
Pon esta herramienta en las manos de tu Ser. Aquí y ahora
haz el traspaso. Los errores no existen en el Ser. El ego,
como herramienta del Ser, utilizada y alineada con él se
vuelve cual llave indispensable en la cerradura de nuestra vida.
El ego responde a nuestro Ser, pero nos identificamos tanto
con el ego que olvidamos al Ser y el ego es débil para pilotar
al Ser Humano, es cómo viajar por un camino sinuoso con
una venda en los ojos… ya sabemos cómo termina.
Ya está bueno de manejar a ciegas, ¿no?
¿Qué tal darle el mando a quién conoce el rumbo
y está capacitado para llevarnos a buen
puerto? El yo físico, mental y emocional, cuando
obedece al Ser, es darle el cincel al ebanista, el
pincel al artista, la pluma al poeta, la voz al cantor, la
expresión al actor. Darnos cuenta de esto es fundamental
para sentir la realidad, la realidad del Ser, que apela
a la herramienta del ego para expandirse y
encontrarse en el otro, encontrarnos en el otro.
¿Qué nos muestra el ego? Cuando el Ser utiliza la
herramienta del ego, éste nos revela el camino a seguir,
podemos identificar las señales, sentir los alertas,
escuchado al corazón giramos el timón hacia un
rumbo de paz y armonía de aguas calmas y vientos suaves.
Sabiendo que el Ser toma fuerte su herramienta y
confiando en la Divinidad que esto significa, nos
dejamos fluir para sólo apreciar la obra maestra que
se plasma en el horizonte de nuestra vida. Ya es tiempo.