A B R A Z A N D O
"Ante cualquier experiencia, estate con
ella y céntrate en cómo la vives"
Ante cualquier experiencia –placer, dolor, alegría, tristeza,
compañía, soledad, entusiasmo, depresión, serenidad,
ira, concordia, conflicto, salud, enfermedad…–, estate
con ella y vívela plenamente sin dejarte enredar por el “color”
–blanco o negro, positivo o negativo, bueno o malo,
agradable o desagradable…- que la mente pretenda otorgarle.
No desees ni persigas el placer, la alegría, la compañía, el
entusiasmo, la serenidad, la concordia o la salud; y no te
resistas (la resistencia es persistencia) ni luches
contra el dolor, la tristeza, la soledad, la depresión,
la ira, el conflicto o la enfermedad.
Simplemente, confía y acepta la experiencia, sea la que
sea, diciendo siempre sí a la vida en su totalidad e
integridad. Y no pongas tu atención y consciencia en lo
que pasa o deja de pasar, sino en cómo vives lo que pasa.
De hecho, todo lo que acontece en tu vida y en la de los
demás, en el mundo y en Cosmos, tiene un sentido profundo,
un por qué y un para qué en clave consciencial y evolutiva.
Pero la mente jamás lo podrá vislumbrar. Por tanto, no te dejes
liar por sus diatribas, dualidades, pensamientos y emociones
y céntrate en cómo vives el qué, sea lo que sea. De este
modo, todas las experiencias se transforman en algo hondo
y trascendente, muy distinto a lo que hasta ahora habías
pensado y sentido acerca de ellas. Y se comprueba que la vida
es el Milagro y que tú no eres lo que pensabas ser,
sino esa misma vida, ese Milagro.